A primera hora de la mañana, el grupo de los carriceros se dirigieron a la zona en la que se iniciaría la construcción de un futuro observatorio de aves. Un grupo desbrozó y construyó la estructura a la que se fijarían los carrizos que el otro grupo recogía y empacaba, “haciendo manojitos”.
Mientras, el grupo de las golondrinas repetía las tareas de iniciación al anillamiento científico de aves, primero en el bosque del Aguadero y más tarde en el observatorio del sendero del Mamut.
Por la noche, y tras una copiosa cena, l@s voluntari@s pasearon por los alrededores del Humedal de Padul, observando las estrellas y intercambiando opiniones con los más expertos del grupo en lo que a sonidos nocturnos y anfibios se refiere.
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